El pickleball quiere resolver la fastidiosa labor de que un jugador lleve mentalmente el marcador mientras que el resto se desentiende y, de vez en cuando pregunta “cómo vamos”.
En nuestro nuevo deporte, el jugador que saca, obligatoriamente, tiene que cantar el resultado previamente al saque. De no hacerlo, incurre en una falta. Se trata de aprovechar el tiempo mientras se preparan los jugadores, pero, sobre todo, de que todos lleven el resultado en la cabeza.
Ahora bien, si el jugador saca sin cantar el resultado el restador puede tomar la decisión de no jugar la pelota y/o devolverla al jugador que ha sacado, sin que este incurra en falta, permitiéndole que vuelva a sacar, pero esta vez diciendo en alto la puntuación; incluso se puede jugar la pelota obviando la obligación.
Los nuevos jugadores se enfrentan a la complejidad de la puntuación del pickleball, que incluye tres datos:
- · Los puntos del equipo que saca.
- · Los puntos del equipo que recibe.
- · Y el tercer dato indica qué miembro del equipo saca, si es el sacador “1” o es el sacador “2” en esa secuencia del servicio del equipo.
Como en todo, es acostumbrarse. Pero veamos la parte buena de que no hay que estar continuamente preguntando el resultado al jugador que sabemos que tiene la costumbre y la habilidad mentar de llevarlo controlado.